Los vínculos amorosos son dinámicos debido, en parte, a que son influenciados por las modificaciones en la neuronal correspondientes al paso del . Efectivamente, con el transcurso de la convivencia, nuestro estado de alerta ante el potencial peligro o la novedad que inicialmente representaba el amado, se ha ido reduciendo en forma natural. Como nuestro cuerpo no puede absorber cantidades ingentes de dopamina y norepinefrina – que son las que producían las emociones de anticipación gozosa y ansiedad privativas de los primeros – van disminuyendo sus efectos e inexorablemente decae la intensidad de nuestras reacciones bioquímicas. Se han calmado nuestros deseos más apremiantes, el predominio de la obsesión, euforia, manía y ansiedad ha sido paulatinamente reemplazado por otros sentimientos tales como bienestar, placidez, comodidad, adaptación, pertenencia y seguridad; aunque, por otro lado, tanto el romanticismo como lo irracional han ido perdiendo fuerza y ya no estamos tan ciegos a los defectos del otro, apareciendo asimismo diferencias de gustos y de intereses.
Entonces nos encontramos ante la disyuntiva de creer que el amor se nos está muriendo – distanciándonos de nuestra pareja hasta eventualmente separarnos – o bien, podemos apelar a la madurez emocional y darnos el tiempo necesario como para que se establezcan nuevas rutas neuronales que nos generen otras sensaciones propias de los vínculos de larga data las que, si bien son más suaves que las anteriores, son mucho más profundas, duraderas y beneficiosas para nuestra salud. Todos los cambios que se van suscitando no significan que el amor esté desapareciendo, que ya no estemos enamorados, sino que son indicativos de una transformación, de que lentamente vamosevolucionando hacia otro tipo de amor, hacia una afectividad más serena, apacible, en que se siente que todo está bien, donde se disfrutan otras vivencias, domina una mayor confianza, complicidad, comunicación más fluida y compromiso con proyección a futuro.
A medida que la relación avanza, el sistema apetitivo de nuestros centros del placerha ido perdiendo supremacía a favor del sistema de saciedad – regulado por sustancias relacionadas con los opiáceos – que induce estados de bienestar y paz provenientes del deseo satisfecho. Consiste en una suerte de placer calmante que corresponde neurobiológicamente al tercer circuito cerebral, el cual se va desarrollando de forma relativamente independiente al de la atracción sexual e interpersonal, poniéndose imperceptiblemente en funcionamiento cuando la pareja está por alcanzar dos años o más de relación; es decir, cuando se están empezando a superar las fases temporales de la lujuria y del romanticismo, las que químicamente tienen fecha de vencimiento.
- Fase: cariño
- Impulso: pertenencia, estabilidad y seguridad
- Tipo de amor: sexual maduro
- Función: mantener a largo plazo la unión de pareja
- Duración: indeterminada, puede prolongarse toda la vida
- Circuito: sistema del apego
- Estructura y Zona Cerebral: Sistema de Recompensa, Centro del Placer de la saciedad
- Regulación: oxitocina
- Sustancias bioquímicas: endorfinas, vasopresina
Este tercer circuito se refiere al sistema del apego, a la fase del cariño y de la ternura, motivados por nuestra necesidad fisiológica básica de desarrollar profundos lazos afectivos, sensación de pertenencia y estabilidad a largo plazo. Se trata de un impulso natural, el que nuestra especie – a través de la historia – ha elaborado y reelaborado culturalmente, modulándolo y enriqueciéndolo mediante la acción de la corteza cerebral. Cumple la función de promover el deseo de permanecer unido a la persona amada, lo que permite la continuidad del vínculo amoroso más allá de la pasión. En términos evolutivos, esta fase es necesaria en la medida que posibilita el que la pareja de padres crie a sus hijos en forma conjunta.
Entre los mamíferos, solo un 3% establecen uniones diádicas de larga data y, en nosotros, los seres humanos, se supone que predominan los vínculos amorosos más bien sucesivos y que aquellas parejas que siguen juntos, generalmente ya no están enamorados. Sin embargo, últimamente se ha demostrando científicamente que algunos matrimonios logran que el sistema apetitivo de recompensa del cerebro continúe activándose a pesar del paso del tiempo, manteniéndose algunas de las manifestaciones típicas de las primeras etapas de la relación.
Efectivamente, investigaciones con resonancia magnética en que se les mostraba fotos del ser amado a parejas recientes y a otras que declaran estar más de 20 años enamoradas, encontraron que las regiones que se activaban eran muy similares. No obstante, mientras que en las primeras predominaba el funcionamiento de las áreas relacionadas con la obsesión y la ansiedad, en las otras sobresalían las zonas asociadas a la calma y supresión del dolor. Los autores concluyen que, los que llevan décadas juntos, van desarrollando aquellas regiones concernientes a un apego profundo; pero, sin que dejen de movilizarse aquellas otras asociadas al amor romántico. Las que se activan no son exactamente las mismas que en la atracción sexual, sino que las particulares correspondientes al enamoramiento, aunque algunas sean comunes en ambos casos. Más específicamente se ha constatado que en una relación de amor sexual maduro, la mayor actividad se produce en el pallidum ventral y en parte de los ganglios basales, regiones en que juegan un rol fundamental los receptores de vasopresina.
Dentro de la misma línea, en la revista Nature se publicó un interesante estudio con dos especies de ratones muy diferentes: los de la pradera – quienes son monógamos, forman pareja para toda la vida y cuidan a sus crías junto a la hembra – y los del pantano – los que son promiscuos, individualistas y se desentienden de su descendencia. Solamente los primeros poseen muchos receptores de vasopresina. El experimento consistió en transferir un único gen – precisamente el que codifica dichos receptores – del ratón monógamo al promiscuo, con el resultado de que los del pantano cambiaron su comportamiento y mantuvieron exclusivamente sexual por el resto de su existencia.
Además se observó que los de la pradera segregaban oxitocina y vasopresina al copular, mostrándose fisiológicamente abatidos si se los separaba de su pareja. La funcionalidad de dichas sustancias ha sido repetidamente probada en aquellas especies de animales que son monógamos, como por ejemplo, en algunos pingüinos que tienen una sola pareja de por vida. En investigaciones donde se les inyectó oxitocina a las hembras de una especie de roedor, éstas necesitaron un período muy corto de convivencia con algún macho para «elegirlo» como su compañero. Y, al inyectárseles vasopresina a los machos, éstos manifestaron una mayor urgencia de anidar. Ambos, macho y hembra, fueron capaces de crear lazos estables incluso sin aparearse.
Asimismo, en nosotros también se liberan las mismas sustancias cuando acariciamos a alguien y, particularmente, en el coito. Durante el orgasmo se produce una especie de descarga eléctrica y neuroquímica (dopamina, oxitocina y endorfinas) en el sistema límbico, justo en el núcleo de los centros del placer, elicitándose un estado de placer y de euforia. Tras el mismo, sobreviene una sensación de relajamiento provocada por la secreción masiva de oxitocina – conocida como la hormona del amor al ser la responsable del sentimiento de apego que contribuye a estrechar los lazos en la pareja – y que es la misma que se segrega durante el parto, siendo clave en los intensos lazos afectivos permanentes que se forjan entre madre e hijo. Cuando estamos junto al ser amado, especialmente después de cada vez que hemos hecho el amor, vivenciamos una placentera sensación de confianza y de pertenencia, nos sentimos generosamente felices al notar que nuestra pareja es feliz, desaparecen las emociones de miedo y el estrés, todo gracias a la oxitocina, la vasopresina y las endorfinas.
Bioquímicamente, entonces, los vínculos monógamos de larga data son regulados – principalmente – por la oxitocina, aunque también juegan un rol importante la vasopresina y las endorfinas (todas las cuales también están presentes en las relaciones de corto plazo, pero en cantidades significativamente menores). Ahora bien, la oxitocina y la vasopresina, a su vez, aumentan los niveles de dopamina y esta combinación es la que actúa como un poderoso cemento químico que es fundamental en las uniones duraderas, aquellas que van más allá de las oleadas emocionales y que corresponden al tercer circuito cerebral.
Recapitulando, en la vida sexual y afectiva de una pareja se distinguen tres fasesprogresivas consecutivas – aunque parcialmente sobrepuestas – cada una más compleja que la anterior, las cuales utilizan circuitos neuronales relativamente independientes, pero interconectados de manera tal que pueden interactuar entre sí y funcionar en forma conjunta. Consisten en tres mecanismos emocionales básicamente disímiles, regulados hormonalmente por distintas sustancias químicas. Los hallazgos mencionados han permitido responder a aquella larga interrogante histórica relativa a si el enamoramiento y el amor son lo mismo. Lo que se ha podido demostrar es que se trata de condiciones sustancialmente diferentes; es decir, la pasión sexual y el amor romántico no son estados equivalentes al amor perdurable.
En conclusión, gracias a las neurociencias ahora sabemos que sí es factible mantener un amor durante toda la vida – no atribuible a procesos de autoengaño – al cual Kernberg denomina amor sexual maduro. El factor madurez se refiere a estar dispuestos a darse el tiempo para que se establezcan nuevas rutas neuronales gracias a la masiva secreción de otras hormonas y a estar abiertos a pasar a una etapa siguiente, sin aferrarse a mantener artificialmente a pulso las sensaciones del inicio de la relación, aunque tampoco resignándose a que ya nunca se van a volver a experimentar ninguna de las satisfacciones anteriores. Dicha madurez emocional también podría incluir la concepción budista de los venenos del alma; en este caso, el ser capaz de superar el veneno de la ignorancia, en el sentido de haber aprendido que nuestro organismo biológicamente no puede mantener funcionando mucho tiempo sus centros apetitivos del placer induciendo esas sensaciones de tan alta intensidad como en la fase de la lujuria y del romanticismo, sin caer inevitablemente en un estado de tolerancia.
En la medida en que se difundan adecuadamente toda esta información, posiblemente aumente la cantidad de parejas que logren cimentar ese amor más sosegado donde seconsolidan los sentimientos más duraderos y donde se puede alcanzar una profunda intimidad emocional. A este tipo de amor es al que se refiere el término amor sexual maduro, el que Capponi describe como el haber podido “construir relaciones personales de calidad, especialmente una relación de pareja auténtica, comprometida, que integre todos los elementos importantes de la vida personal: las pasiones, los instintos, el deseo sexual, en una relación simétrica, respetuosa, en libertad y profunda”.
hola les filicito por la ayuda que brindan a muchas personas que no sabemos que hacer en nuestras relaciones cuando estas no estan funcionando bien. bueno mi problema es el siguiente: mi ex-novia y yo llevabamos 3 años y 2 meses juntos, ella es mayor que yo. nosotros terminamos porque ella no puede confiar en mi, la verdad es que ella misma me lo hizo saber y en los ultimos dias que anduvimos como novios, ella ya no queria ni que le agarrara la mano, me decia: No me toques! yo le preguntaba porque no? y ella me decia que no sabia pero sentia algo extraño en su corazon, es decir desconfianza hacia mi.
ella y yo nos conocimos en una iglesia y desde alli empezamos a andar directamente sin empezar como amigos. entonces, al principio ella era como e la imaginaba, una mujer dulce, muy amorosa, etc. pero tuvimos problemas en esa iglesia tiempo despues porque hubieron personas que le metieron cosas en la cabeza acerca de mi, cosas como que a mi me gustaba otra muchacha de la iglesia, etc. entonces ella empezo a sentirse mal conmigo pero no me lo decia, yo tocaba el piano en esa iglesia, habia una muchacha que estaba enamorada de mi pero yo nunca le hize caso, esa era la misma muchacha de la cual le habian hablado a mi novia en ese enconces. entonces cuando yo tocaba el piano frente a todas las persona que asistian a la iglesia mi novia sentia que yo quedaba viendo a esa muchacha y desde alli empezaron los pleitos poco a poco, tanto asi que en una de esas mi dijo que yo era un hipocrita porque yo le decia que no quedaba viendo a esa muchacha pero para ella yo si la quedaba viendo, es decir para ella yo le estaba mintiendo.
entonces tuvimos problemas en esa iglesia y nos fuimos de alli a otra iglesia, pero ella ya no estaba muy bien conmigo porque ella desconfiaba de mi porque mis padres hasta el dia de hoy asisten a esa iglesia, entonces ella siempre pensaba de que me iba a ir a esa iglesia de nuevo para ir a ver a esa muchacha que supuestamente a mi me gustaba. pero yo le volvia a decir que no iba a regresar a ese lugar. pero su desconfianza empezo a crecer mas y mas y aquella novia que era amorosa y cariñosa se fue convirtiendo en una novia mal pensada y desconfiada. llego un momento en donde ella desconfio tanto de mi que me hirio y esa noche yo rompi mi promesa de no volver a ese lugar y me fui com mis primos que tambien asisten alli a esa iglesia. encontes ella no se daba cuenta de que yo habia ido, pero como yo la amaba le dije la verdad una noche y le confese que ese dia que discutimos por su desconfianza yo habia ido a ese lugar de nuevo. pero yo sabia que yo habia ido a ese lugar pero para divertirme con mis primos y jugar futbol en el campo de futbol sala que tiene la iglesia, yo no habia ido a buscar a ninguna muchacha, pero ella se imagino eso. ella siempre ha sido una persona que cuando algo le pasa por la cabeza esa es la verdad y aunque yo le explique la verdad, ella no me cree. entonces cuando yo le confese eso que yo habia ido de nuevo a esa iglesia de donde nos habiamos ido, ella termino conmigo y estuvimos separados como por 2 semanas y luego ella me dio otra oportunidad y volvimos.
entonces nosotros seguimos yendo a la iglesia que habiamos elegido ir, pero ella nunca confio igual en mi, para ella yo era un mentiroso, hipocrita y un traidor. ella me decia que me amaba pero que le costaba confiar en mi, yo le decia que empezaramos de nuevo desde cero y asi haciamos pero cuando pasaba un mes ella de nuevo empezaba con sus desconfianzas. la verdad es que yo le comente a ella de que a mi me atraen mucho las mujeres son mi debilidad pero siempre he luchado por no ser un morboso no solo por respeto a ella sino tambien por mi mismo. encontes yo trato de no voltear a ver a las mujeres cuando voy por la calle, andando con ella o sin ella. pero desgraciadamente la desconfianza tambien le entro por alli y ella dice que yo no la respeto porque cuando ando con ella en la calle dice que miro a las mujeres discimuladamente pero que ella me esta viendo. yo se que no es cierto, yo no las miro por respeto a ella, pero ella no me cree. hace pocos dias, ella me dijo que ya no confia en ni una palabra de mi boca. yo le pregunte si me amaba y ella dijo que si pero que fueramos novios pero de larguito es decir, nada de besos, nada de agarrale la mano, nada de decirle cositas bonitas porque para ella yo soy un mentiroso, mujeriego, etc….
yo la amo por eso busco ayuda, porque quiero saber como puedo hacer para recuperar esa confianza y volver a sentir su gran amor por mi. ella es psicologa pero ella dice que no puede ser psicologa de nuestra relacion, yo solo le digo a ella que todo tiene una solucion. yo se que la amo y estoy sufriendo mucho porque ella me ama pero no puede confiar en mi.
gracias por toda su atencion y por la ayuda que me brindaran.
Exitos….