La rabia es una reacción esperable en casi todas las rupturas de pareja, en ambos o en aquel que no desea la separación. ¿De donde viene esta rabia? ¿Tiene sentido permanecer con rabia? ¿Hasta cuando?
Esta reflexión aparece de incontables conversaciones tanto con mis pacientes como con mis colegas y amigos. A lo largo del tiempo he ido construyendo con otros posibles explicaciones de cómo entender esta rabia, la que a veces puede ir configurando nuestra historia post-separación hasta límites insoportables. No podemos desprendernos del otro por variadas razones, nuestra vida se detiene, nuestra historia se tuerce sin quererlo.
Dentro de las principales reflexiones que han surgido en este ejercicio es la frustración aplastante que sentimos al ver truncadas nuestras expectativas y sin duda, con más fuerza, ver como nuestro proyecto de familia se desvanece. Es cierto, la separación no tiene por qué quitarnos todo por lo cual hemos luchado, como si nos arrancase de la vida que queríamos. Pero, lamentablemente la vida es así, un sinfín de frustraciones. Y esta es una más, que en las circunstancias de una separación, muchas veces depende de otro, y nos enfrenta despiadadamente a sentirnos completamente vulnerables.
Algunas veces esta rabia nos mantiene atados a ese alguien que aún no somos capaces de soltar. Sí, como dice un verso de una de las tantas canciones dedicadas a la separación, muchas veces “…el rencor hiere menos que el olvido”. Ser olvidado, sentir la intensidad del rechazo puede afectar profundamente nuestra individualidad. La rabia nos sostiene ilusoriamente más dignos, pero sin embargo, igualmente dolidos y confusos.
La forma más común de emergencia de los sentimientos de rabia refiere al manejo de la pena de la pérdida, no solo de la persona que fue nuestra pareja, sino todo el mundo asociado a ésta. Los seres humanos continuamente nos decimos que la pena debe ser rápidamente superada, pero naturalmente, o por nuestra condición de humanos, casi nunca es así. Nos forzamos a rechazar esta emoción, por condicionamientos sociales, por costumbre, o por otras razones, pues no entendemos que esta pena es muy necesaria para dar el siguiente paso, para seguir adelante con nuestra vida. Es un duelo, que aunque cueste aceptarlo, puede durar un par de años. Vivir la pena de forma genuina permite sanar las heridas, reestablecer nuestra autoimagen y volver a mirar el mundo con lo aprendido. Cuando nos quedamos mucho tiempo en la rabia, el proceso de elaboración de este duelo suele alargarse mucho más de lo necesario.
Finalmente quisiera transmitir que estas emociones, tanto la rabia como la pena, son vividas muchas veces de forma devastadora, pero sin duda forman parte necesaria de uno de los procesos críticos más difíciles de la vida. Como se sabe en la mitología urbana, crisis es cambio, y son parte íntegra de nuestro crecimiento personal.
Un día llegó hasta mi consulta un individuo de unos 37 años, se notaba un empleado o un técnico de alguna empresa, cuya formación y educación podría ser 4 año medio o algo más. Se veía muy alterado al punto de no poder expresar inteligentemente lo que pensaba, de lo que le pude entender a priori destacada lo siguiente “ maraca de mierda se fue con otro weon, todo porque el otro es un flojo de mierda, no le trabaja a nadie y tiene tiempo para ella”, -luego me gritaba que tenían un hijo chico no mayores de 8 años y que él era un buen padre , muy preocupado de las necesidades de su hijo y de su pareja, aunque el dinero no le alcanzaba para todo lo que su familia deseaba, si vivían mejor que muchos. Finalmente pude entender que él trabajaba en una empresa minera, empleando en eso la mayor parte del tiempo.
Una de las preguntas que yo le hice , ¿Que lo trajo hasta mí?, ¿por qué vino a mi consulta y no a otra?. Me contó que su esposa unos meses antes había estado consultando conmigo y que yo le había leído el Tarot y entre las cosas que más le llamó la atención era que yo le había recomendado que a ella había que darle.
Le pregunté que me describiera a su esposa y me diera el nombre. Soledad Riquelme se llama, -dijo- es dueña de casa, morena, pelo negro (natural), 29 años, 4to año medio, no estudió más porque se casó conmigo, 167 centímetros de estatura, 69 kilos de peso. Sus medidas son 93-60,91, va siempre al gimnasio. Me contó también que tiene una amiga – la Keka-, que es hija de otro minero de apellido Galindo… – Yo pensé ,si esta señora pide, hay que puro darle… lleva su casa en buena forma, tiene todo el tiempo del mundo, su hijo va a clases todo el día y ella se conecta a internet , con un perfil en Amigos.com
Rato después, una vez armonizadas sus emociones del consultante, logré hacerle entender que el amor es DAR, y que él al parecer no estaba cumpliendo con todas las exigencias actuales, porque su esposa ya hacía tiempo que estaba buscando en internet quien le diera y especialmente llenara ese vacío, donde una vez hubo calor de un niño, hoy ya no estaba. Juanito su hijo, hacía 4 años yacía en dormitorio aparte.
Narciso,- el consultante-, a medida que escuchaba fue entendiendo la situación, pero no podía aceptar que otro hombre se llevara a su esposa. A lo que yo insistía que así era. Que no pensara que era ella la que había buscado y planificado todo esto. Que muchas fortalezas habían en Segundo, y que la debilidad del matrimonio de Ustedes, hacía tiempo que era vulnerable en este factor. Uno de los puntos críticos en toda relación es el tiempo que se da uno a otro. Le explique que debe haber un lugar común y de equilibrio – le dije- que si se le dedica mucho tiempo, uno de los dos se verá invadido, y si el tiempo empleado es poco, uno de los dos se sentirá abandonado.
Me contó Narciso que cuando recién se casaron, con unos ahorros que tenía compró un autito y varias cosas más que con esfuerzo fue consiguiendo, pero que ahora él estaba más preocupado de otras inversiones y por lo tanto no tenía el presupuesto para gastar en algo que no fuera trascendente económicamente. Él tenía proyectos estratégicos y se los había expuesto a su esposa, ella no mostró mayor interés . A ella le interesaba el pago del Gimnasio, la mantención del status acostumbrado y la mensualidad que le entregaba. Pudo confesar Narciso que esta vez la amada a ella y aunque fuera inusual en él, sentía aunque fuera paradójico, él le había cubierto casi todas las necesidades que él creía importantes. Sin embargo se daba cuenta que no le había dado el tiempo requerido, el sexo adecuado, pero si había conseguido darle una posición económica estable y segura, según él.
Le hice ver que si efectivamente yo recordaba a su esposa, y que era una linda mujer, la mamá ideal para el niño, y que en esa oportunidad yo le habría recomendado, que hablara con su esposo y le pidiera más tiempo, más dinero y más sexo o mejor calidad. Ella me comentó que el sexo era muy distante, malo y que Narciso lo tenía chiquitito… Pareciera que esos eran los puntos críticos que había que resolver, con la finalidad de mantener esta relación por un tiempo más largo.
No me va a creer Dn. Julio – me dijo- , creo que en este caso Usted tiene razón , una de las razones por las cuales yo me siento agraviado , es porque será otro quien le dará eso a mi mujer que yo no he podido hacer. Será otro quién sabrá de mis secretos, de mis capacidades, de mis debilidades y principalmente de mis intenciones. Espero que mi esposa no las comente entre las amistades…
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Me da la impresión que en este relato pones muchas cosas de relieve. Primero que la rabia no siempre tiene que ver con el otro…y segundo, y no menor, que nos remite a nuestras pobrezas humanas. Buena reflexión y gracias por comparrtir en este Blog!!
Saludos
Antonio
Hola!, gracias por este espacio..
en Diciembre de este año se va a cumplir 1 año desde que terminé una relación de polos de casi 9 años en donde los ultimos 8 meses nos habiamos ido a vivir juntos. ël se portó muy mal, no solo por el hecho de que tuviera otra mujer en su vida (por segunda vez en nuetros casi 9 años), sino porque aparte de yo pillarlo en ese engaño, el se siguío portando muy mal en las formas en como actuó conmigo y con mi familia inmediatamene con lo del término y después del término.. Estos motivos que nose si será necesario contarlos aunque creo que si…, sonlos que me llevan a sentir tnta pena y rabia con respecto al termino de nuestra relacion, con respecto a él.., creo q ni yo ni nuestra relacion se merecian terminar asi…, el ahora a casi de un año, siga co la persona cn la cual me engañó viven juntos y al parecer enamorados y muy felices.., porfavor, me pueden ayudar.., nose hasta cuando es normal lo de la rabi y el dolor…, o ya estoy entrando en algo sicotico. Pues que quede claro que mi posura no es esperar que algun dia vuelva a buscarme para volver con el, para nada…., no quisiera volver con el, si quisiera tener de el alguna vez una explicacion a su comportamiento conmigo y mi familia..,tener una disculpa, un «perdón.., me equivoqué».., aun me duele mucho y creo q me va adoler siempre..
Sin duda estas situaciones golpean, y fuerte. Como describo en mi artículo, a veces la rabia levanta el ego, cuando uno ha sido aporreado. Se hiere lo más profundo, el no ser elegido-querido, el haber sido «reemplazado». A veces me pregunto ¿por qué validamos tanto lo que el otro hace o dice? Muchas veces la rabia muestra como dejamos que el otro y sus definiciones tengan mucho poder sobre nosotros…incluso detienen nuestra vida. ¿Tanta importancia le doy en mi vida que termino malgastando mi tiempo y energía? Las heridas las sana uno, y sólo nosotros definimos quien nos es importante.
Un saludo
Antonio
Mi ex tiene una rabia conmigo ,por nuestra separacion ,yo no le tengo rabia,pero cuando ,nos encontramos por obligacion en fiestas de familia ni me habla .Eso perdurara por siempre..
No hay ningun tipo de comunicacion con el……